Bio
Alfredo Quiroz es un artista visual paraguayo, nacido en Asunción en 1974. De formación fundamentalmente autodidacta, su primer acercamiento a las artes visuales se da desde la plástica, en 2009: el artista parte de la pintura, para desarrollar luego obra gráfica, bachelorarbeit ghostwriter, audiovisual e instalaciones, trabajando en ocasiones desde lo intermedial.
Quiroz posee formación en Medicina (Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, 2000) y especialización en Hematología y trasplante de médula ósea (Hospital Central “Dr Emilio Cubas” del Instituto de Previsión Social, 2005), y este aspecto de su vida profesional desempeña un rol importante en su obra visual. Acerca de este aspecto, la crítica de arte Adriana Almada sugiere que Quiroz “sabe distribuir coordenadas de sentido, así como sabe comprender y manipular, en tanto médico hematólogo, erfahrungen mit ghostwritern, los imprescindibles y caprichosos flujos de la vida” (2020). La relevancia de la formación profesional de Quiroz no sólo se evidencia en términos de una tematización que en su trabajo considera el privilegio de una reflexión en torno a la corporalidad, sino desde un enfoque cromático que asumen, por ejemplo, sus pinturas. Su primera obra trabajó permanentemente con cierta paleta, que, posteriormente, el artista relacionó con los colorantes empleados para el análisis de muestras sanguíneas y biopsias –coloración Wright y tinción de May-Grünwald Giemsa (MGG)–. Por otra parte, en el año 2016, en su carácter de hematólogo, Quiroz contribuyó con la identificación de cuatro detenidos-desaparecidos, víctimas de la dictadura militar de Alfredo Stroessner (1954-1989), por medio de la realización de un estudio de variabilidad y frecuencias genéticas poblacionales en Paraguay. En el marco del Proyecto Invernadero, impulsado por el Centro Cultural de España Juan de Salazar (Asunción, Paraguay), Quiroz realizó de manera conjunta con Bernardo Puente la obra AND Mitocondrial, que alude en clave poética a las trazas humanas que, pese a su carácter residual permiten constitución de memoria.
Habitualmente, la obra de Alfredo Quiroz conforma atmósferas graves que orillan lo ominoso. En su obra pictórica, esto es logrado por medio del empleo de una paleta predominante fría, que enfatiza los motivos abordados: las figuras destacan sobre fondos lisos o texturas y logran iconicidad. Al respecto, Albán Martínez Gueyraud sostiene que:
Quiroz posee formación en Medicina (Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, 2000) y especialización en Hematología y trasplante de médula ósea (Hospital Central “Dr Emilio Cubas” del Instituto de Previsión Social, 2005), y este aspecto de su vida profesional desempeña un rol importante en su obra visual. Acerca de este aspecto, la crítica de arte Adriana Almada sugiere que Quiroz “sabe distribuir coordenadas de sentido, así como sabe comprender y manipular, en tanto médico hematólogo, erfahrungen mit ghostwritern, los imprescindibles y caprichosos flujos de la vida” (2020). La relevancia de la formación profesional de Quiroz no sólo se evidencia en términos de una tematización que en su trabajo considera el privilegio de una reflexión en torno a la corporalidad, sino desde un enfoque cromático que asumen, por ejemplo, sus pinturas. Su primera obra trabajó permanentemente con cierta paleta, que, posteriormente, el artista relacionó con los colorantes empleados para el análisis de muestras sanguíneas y biopsias –coloración Wright y tinción de May-Grünwald Giemsa (MGG)–. Por otra parte, en el año 2016, en su carácter de hematólogo, Quiroz contribuyó con la identificación de cuatro detenidos-desaparecidos, víctimas de la dictadura militar de Alfredo Stroessner (1954-1989), por medio de la realización de un estudio de variabilidad y frecuencias genéticas poblacionales en Paraguay. En el marco del Proyecto Invernadero, impulsado por el Centro Cultural de España Juan de Salazar (Asunción, Paraguay), Quiroz realizó de manera conjunta con Bernardo Puente la obra AND Mitocondrial, que alude en clave poética a las trazas humanas que, pese a su carácter residual permiten constitución de memoria.
Habitualmente, la obra de Alfredo Quiroz conforma atmósferas graves que orillan lo ominoso. En su obra pictórica, esto es logrado por medio del empleo de una paleta predominante fría, que enfatiza los motivos abordados: las figuras destacan sobre fondos lisos o texturas y logran iconicidad. Al respecto, Albán Martínez Gueyraud sostiene que:
- El artista se presenta como un inventor de escenarios en que los modelos, las situaciones y los temas adquieren una unción pictórica y dibujística, pero también caricaturesca, escénica y literaria. Las figuras sueltas de Quiroz, o las escenas más complejas en que teje intrincados diseños mediante retratos, escrituras, símbolos, signos, códigos, construcciones y otros motivos, reflejan una observación aguda de la realidad, así como una imaginación quimérica. (2012)
- Almada, Adriana. (2020). Alfredo Quiroz: Imagen, conflicto y resiliencia. El Nacional. Disponible en: https://www.elnacional.com.py/cultura/2020/08/24/alfredo-quiroz-imagen-conflicto-y-resiliencia/
- Cabrera, Damián. (2014). El ciento ocho. Viento Fuerte.
- Cabrera, Damián. (2016). Variaciones militares. Texto de sala. Asunción: Galería Fábrica/Club de Arte.
- Escobar, Ticio. (2022). La improvisación de la memoria. El Nacional. Disponible en: https://www.elnacional.com.py/cultura/2022/05/01/la-improvisacion-de-la-memoria/
- Martínez Gueyraud, Albán. (2012). Pinturas/dibujos. Asunción: Galería Fábrica/Club de Arte. Disponible en: https://www.fabrica.com.py/?p=1016